Desde 1968, en el Acueducto de Bogotá ha monitoreado el nivel de las precipitaciones que alimentan los sistemas de suministro de nuestra ciudad. A lo largo de los años, se han registrado períodos de lluvias intensas, como en 2002, y sequías, como la de 1995. Este mes de agosto, ha sido el más seco en 55 años.

En entrevista para el diario la República, la gerente del acueducto Natasha Avendaño, analizó la situación de los embalses en la región.

La gerente dijo que conocer este fenómeno climatológico es fundamental porque el llenado del sistema Chingaza depende de las lluvias que vienen de la Amazonía y la Orinoquía. Así fue concebida nuestra red de embalses, con diseños basados en estudios hidrológicos e hidráulicos muy rigurosos para conocer, entre otras características, la regulación anual de caudales con la que proyectamos el abastecimiento de agua en temporadas secas, incluyendo la variabilidad climática generada por el Fenómeno de El Niño. En otras palabras, para garantizar un suministro continuo de agua se requiere que los embalses se llenen en temporadas de lluvias y así puedan ser desocupados en las épocas de verano.
Así es como nuestra infraestructura ha permitido proyectar que los embalses se llenen y se desocupen de manera sincrónica cada año.